jueves, 20 de septiembre de 2007

ya era hora


Digamos que tenía un tanto cuantoo abandonado este blog... así que decidí actualizarlo un poquito. Creo que el hecho de estar llevando un diario para taller me está alejando un poco de aquí. Es más sencillo escribir en la libreta, pero este blog es mi proyecto y por lo tanto debo tratarlo bien.

El día de hoy vengo a hablar de Jimbo. Jimbo es mi fluff friend en facebook y es un dragón. Amo los dragones en general y a Jimbo en particular. Jimbo es la neta... malgeniudo y comelón pero es la neta. Sé que es tonto pero aunque mucha gente agrega dragones a su profile, somehow I Know JImbo is different. JImbo es especial... I can tell.

Algo que siempre me ha atraído de los dragones es que yo nací en el año chino del dragón. Los dragones chinos son sabios y mágicos y milenarios... son dragones buenos.

Pero por otro lado, mi nombre proviene de Jorge y SAN Jorge se hizo santo matando a un dragón. San Jorge y su dragón pertenecen a la imaginería occidental. Los dragones occidentales son feroces, avaros, destructivos... son dragones no muy buenos.

Esas asociaciones encontradas me parecen curiosas. Incluso una vez me contaron que hay una leyenda donde dicen que un dragón bueno y uno malo se empezaron a pelear y que era tanto su pleito que se fundieron y formaron una montaña.

Definitivamente un día de estos tengo que escribir un cuento de dragones.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Intento frustrado de lasagna

Día extraño en que a pesar del cansancio aún tienes ganas de hacer cosas. Llegué del trabajo, conecté mi compu, seguí trabajando... y por alguna razón me dije a mí misma: vamos a hacer lasagna. Chequé el refri, y tenía queso rallado, perfecto. Saqué la carne molida (que también había, más perfecto todavía), la guisé, olía rico (seguimos en perfecto por más que suene un poco a Ned Flanders). Lavé el molde. Me calenté algo de cenar mientras el molde se secaba. Cené. Me acordé que había que preparar más salsa: no problemo, todos los ingredientes en orden.
Carne lista
Salsa lista
Queso listo
Molde listo
y la pasta...
y ahí estuvo el problema.
Porque lo único que no se me ocurrió checar fue la pasta. Yo estaba segurísima de que sí tenía. Todo lo demás lo dudé y fue un gusto el confirmar que sí había, pero la pasta nunca, si siempre tengo... ajá sí.
Así que aquí estoy, posteando mi crónica, mientras el cansancio ahora sí me alcanza y esperando a que se enfríe el guisado para poder guardarlo y otro día retomar la elaboración de la lasagna.
La buena noticia es que está casi hecha =)