miércoles, 20 de mayo de 2009

Mi humilde homenaje a Benedetti



Hace algunos años, me puse a jugar con frases de los poemas de Benedetti, y así jugando, se armó un Collage que es mío pero con palabras de él. Aquí se los comparto:

Collage de Benedetti

Una frontera de palabra no dichas entre tus labios y mis labios y algo que brilla así de triste entre tus ojos y mis ojos:
Un mero aprendiz de la soledad.
Es una lástima que no estés conmigo,
que es tan poco lo que conozco de ti…
pero no llamas, pero no llamo,
eternos y escondidos en la lluvia diciendo quién sabe qué silencios.
Yo también iré contigo,
porque te tengo y no, porque te pienso
aunque esta herida duela como dos,
indefensa, transparente.
Llorar, sólo llorar.
La soledad también puede ser una llama,
con esta soledad inservible, vacía, se puede algunas veces entender al amor;
y es una soledad tan desolada.
Hay diez centímetros de silencio entre tus manos y mis manos,
y algo que brilla así de triste entre tus ojos y mis ojos.
¿De dónde sacaré la fuerza y el olvido?
¿Por qué no te quedás?
Sin respuestas,
quedás frágil en el horizonte.
Mi tristeza sólo tuvo un sentido:
la incógnita del miedo.
Y empiezo a recordarte,
sin previo aviso, de un brutal portazo.
Vos por favor, no te vayas.

martes, 12 de mayo de 2009

Poema repentino que se escribió en mi cabeza al abrir la biografía de Mario Benedetti...




Para mí,
tú siempre vas a estar
en los poemas de Mario,
en las canciones de trova,
en los silencios de antaño.

viernes, 13 de marzo de 2009

Historias con un lazo en la vida real... que no es lo mismo que historias de la vida real




Sí, ya lo sé, es marzo. Casi 3 meses sin escribir. Shame on me... NEEEEXT!

Desde hace mucho que tengo la idea de escribir una novela que esté formada por cuentos... cuentos basados en estas personas principalmente. El otro día buscando un archivo, me tropecé con esto y me dieron ganas de postearlo aquí:

Éramos amigos. Todos éramos amigos. Aún puedo vernos en esa foto: apretados y sonrientes para que el lente de la cámara no se perdiera nada. Pero no fue la cámara que perdió detalles (finalmente ahí sigue la fotografía de muestra). Fuimos nosotros, nosotros los que perdimos el camino y ahora habitamos diferentes confines del mundo incluso cuando compartimos la misma mesa.
Yo los conocí entonces. Ahora sólo me llegan noticias suyas. Pero no los conozco, eso me queda claro. Quizá de la que no conozca tanto en aquel entonces sea de mí. Me observo y no termino de reconocerme: con la sonrisa apretada y las mejillas sonrosadas, tan niña… ¡y yo que me sentía tan grande!
Tengo nostalgia de mí, de esa mujer que no recuerdo haber sido y que me mira desde lejos impresa en ese pedazo de papel. Y tengo frío.
Quiero encontrar las memorias. Tendré que sacarlas de donde estén. Tendré que recordar.