sábado, 27 de septiembre de 2008

Meditación freudiana



No sé por qué,
pero rara ves puedo escribir
cuando estoy feliz.
La felicidad (creo) se me va en acciones.
La tristeza, en cambio,
se destila en palabras.
Para escribir, de menos,
me falta la melancolía,
el ánimo meditabundo
o el cuestionamiento existencial.
Eso me hace preguntarme
si realmente soy (¿seré?)
escritor.
Quizá sólo sea un paciente en terapia
y el papel es mi analista.

martes, 16 de septiembre de 2008

Happy aniversary honey!



Me perteneces.
Es mío ese espacio donde apoyo la cabeza.
Y es mía tu risa fingida y tu carcajada abierta.
Y, para mi mala suerte,
también es mía
la mirada cáustica
con que descifras el planeta.

Me perteneces:
El que eres y el que aún no has sido.
Del pasado, nada sé de veras
y no sé, si un día quiera certezas.

Me perteneces,
con el caudal de efemérides
que guardas en la cabeza;
con la frialdad con que lidias
mi dolor o mi tristeza.

Eres mío con tu amargura
y con tu fortaleza.
Mío con lo que callas
y con el inclemente ruido que nunca cesa.

Mío eres
con tus dolores
y con tus ausencias,
con tu incapacidad de abrirte
a lo que otros piensan.

Míos son tus pequeños detalles
tus contados avances
y tu mirada inquieta.
Y hasta míos son
tus imposibles aires de grandeza.

Eres mío y te quiero.
En tu supuesta belleza
y tu confirmada imperfección,
y quizá por eso te quiero.

Porque en mi vanidad pienso,
que nadie te ve tan claro como yo,
y que yo, a pesar de eso,
de todas formas,
te quiero.