martes, 25 de marzo de 2008

Kept writing about that Sara person...



Alma la observaba desde lejos. Su hija Sara había salido aventando la puerta, como si una tormenta le atravesara el cuerpo y no tuviera más remedio que alejarse con el viento. En realidad siempre había sido así. Ni siquiera sabía por qué seguía extrañándole después de tanto tiempo. Su “niña” básicamente había nacido incapaz para ver al mundo en su totalidad. La amaba. De eso no había duda. Pero la destrozaba el tener que seguir esperando para que madurara. En su niñez, esa cualidad la había hecho adorable, para la adolescencia era un asunto más bien de agradecer, especialmente si la comparaba con sus otros retoños quienes habían pasado los años entre los 12 y los 18 buscando las incontables y diferentes maneras para meterse en problemas. Ya en la universidad Alma se preguntaba si algún día vería a su hija incorporarse al mundo adulto… y nada.

Sara se las arregló para terminar la universidad, conseguir un empleo, hacer la maestría, casarse y sin madurar. Había que darle crédito. Enumerada así, la vida de su hijita no sonaba tan mal. Sonaba bastante de “gente grande”. Pero ella sabía la verdad. En cuanto el tema de una conversación comenzara a rondar el lado menos iluminado de la vida, Sara saldría huyendo en dirección contraria a su interlocutor. Justo como ahora.

viernes, 21 de marzo de 2008

Writers write, so I wrote this today:


Sara era una chica que lo tenía todo en la vida. Era dueña de su propia casa que venía amueblada y con marido, poseía grados académicos, una familia unida y envidiable, un carro de buena marca y modelo reciente y hasta un trabajo de esos donde se gana buen dinero. Lo que Sara no tenía era contenido.
Era una niña bonita. Una treintona que parecía de veintitantos, con la sonrisa perenne y la suerte de un trébol de cuatro hojas. Su fachada era excelente, pero de fondo: nada. Alguna vez lo había tenido. Al menos eso suponía. En un momento de su vida había sido capaz de discutir el significado de la literatura y de, no sólo, repetir poemas y analizarlos. Sabía que ella había estado presente y hasta contribuido en sus clases donde se intentaba descifrar los conflictos mundiales. Y todo eso le parecía muuuy interesante… pero lejano. Estaba borroso, tras una densa cortina de neblina en la que ella no sabía si recordaba su propia vida o la de otra. Pero tampoco se detenía mucho tiempo en recordar. Eso tenía el potencial de ponerla triste, y “triste” era algo que Sara no hacía muy bien. Alegre, explosiva, burbujeante, sexy… esos los manejaba con soltura. Pero “triste” implicaba una solemnidad que francamente le daba soberana pereza. Capaz que hasta le salían arrugas y Sarita no estaba dispuesta a arriesgarse a averiguarlo. Por eso había salido corriendo el otro día del comedor de casa de sus padres. Por eso se había rehusado a permanecer en la conversación. Ella no necesitaba problemas, la vida era perfecta. TENÍA que ser perfecta y las aristas de la situación que su madre le exponía ponían en riesgo la estabilidad de su burbuja. Literalmente, qué burbuja puede sobrevivir a las esquinas puntiagudas.

domingo, 16 de marzo de 2008

Taking a break from grading essays...



Estoy casi convencida de que mis alumnos piensan que eso es lo que quiero: que me adivinen la mente y escriban lo que yo quiero (sigh). Cosa más falsa no puede haber.
No quiero que escriban lo que yo escribiría, sólo me gustaría que escribieran de acuerdo a lo que yo les enseño... que aprendieran carajo!
Pero siguen cometiendo los mismos errores: argumentos flojos, redacción coloquial, ortografía espantosa... ya ni siquiera me interesa seguir porque me vuelvo a deprimir. Sin embargo, no puedo evitar preguntarme: ¿qué pasa en el sistema educativo mexicano para que un muchacho llegue a los 20 años sin saber escribir realmente?
Sin respuestas a la vista, seguiré calificando.

viernes, 14 de marzo de 2008

When I grow up...


Cuando sea grande sólo voy a trabajar en cosas que me gusten y voy a hacer una gran diferencia.
Cambiaré al mundo.
No seré un adulto como todos los demás.
Cuando sea grande viajaré por el mundo y treparé las pirámides.
Seré rico.
Seré hermoso.
Seré feliz.