
Hoy fue la graduación del campus. Hace ya varios años que me toca ir, todos los semestres. Somos, los maestros, casi siempre los mismos, mismas caras, mismos chistes, mismo mensaje. Hoy incluso me preguntaron si no me aburría. Dije que no y contesté la verdad, dije que a veces pensar en ir sí me daba algo de pereza, pero que una vez que llegaba el día era bonito ver a los alumnos tan felices, ver sus logros. Me gustó mi respuesta. Me recuerda qué es lo que me hace quedarme aquí, a pesar del cansancio, a pesar de que a veces me digo que es tiempo perdido. Así que, aunque sea la misma ceremonia, mismo teatro… son distintas cada año las caritas que se iluminan. Y eso, como diría Robert Frost, has made all the difference…